A la vuelta a la Galia por Astérix, de Goscini y Urdezo, 48 páginas. |
Julio César estaba muy disgustado porque toda la Galia vivía en paz, la paz romana, menos una pequeña aldea. Para solucionarlo envió al campamento de Petibonum a su Inspector General, con rango de Prefecto, Lucilius Flordelotus. Este fue recibido por el centurión Graco Linus, jefe del campamento romano, al que le informó su decisión de atacar la aldea para reducirla.
Linus le explicó que estos galos eran invencibles porque poseían una fuerza extraordinaria debido a una poción mágica que bebían.
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